Las empresas lideran la confianza

El barómetro de confianza Edelman está elaborado mediante una encuesta en 28 países más desarrollados del mundo, es su 22 edición. Y hace un profundo y muy interesante análisis de en quiénes confiamos y porqué.

Vamos a hablar de algunas de sus conclusiones y daré mi punto de vista de porqué ocurre lo que está ocurriendo.

Como gran titular diría que solo las empresas son consideradas instituciones en las que confiar, su puntuación es superior a las ONGs y muy superior a los gobiernos o a los propios medios de comunicación.

Es muy importante entender que esto son medias y por tanto habrá casos para todo, pero indudablemente esto tiene una trascendencia enorme. Fíjense que se confía más en las empresas, que obviamente tienen un interés particular, que en las ONGs que solo trabajan en beneficio de los demás. Posiblemente recientes escándalos de algunas de ellas y en concreto de la internacional y enorme Oxfam esté detrás de esta menor confianza en las organizaciones sin ánimo de lucro, confianza que deben recuperar al máximo para poder subsistir.

¿Y qué están haciendo bien las empresas? Comunicar más, ser más transparentes y defender valores generales que van mucho más allá de los lícitos intereses particulares de sus socios y trabajadores. Esto es así, esto está pasando y ha venido para quedarse.

Las propias empresas se han convertido en agentes sociales generadores de noticias y cuya interacción con la sociedad es y ha de ser constante. Pero ojo, esto no es solo para las grandes empresas, también lo es para las medianas y pequeñas. No creamos que el que la confianza en las empresas sea grande quiere decir que se confíe en la totalidad de las compañías. Esto no se contagia, antes bien lo contrario, en la medida en que si unas empresas comunican más y se abren a la sociedad, quedan en evidencia y generan desconfianza las que no lo hagan.

Esta responsabilidad social otorgada a las empresas se transforma en exigencia. El deseado desarrollo empresarial contribuye al entorno vía impuestos, empleo, medio ambiente… Ahora es imprescindible que se comuniquen las intenciones y los objetivos generales que persiga cada compañía. No solo porque me afecte directamente sino porque también quiero, exijo, conocerlo. Si no lo haces estás faltando a una exigencia de un vital grupo de influencia.

El informe también indica que los líderes más confiables son los científicos y los empresarios/CEOs de las compañías. Se pide a estos segundos que sean visibles y que se conozca su opinión sobre las grandes cuestiones públicas.

Vincular a una empresa con su CEO tiene su riesgo, pero en el mundo de los humanos sabemos que detrás de las empresas hay personas y queremos saber quiénes son y cómo son. Es obvio que si la empresa tiene un posicionamiento y apoyo al respeto al medio ambiente, esperamos que su líder se comporte igual. Esto es algo que a muchos empresarios les cuenta entender, y es comprensible, pero en la sociedad de la comunicación donde todos podemos hacer un mensaje que al segundo llegue a miles de personas, donde la privacidad está muy reducida, ¿de verdad creemos que podemos ocultar mucho?

Las empresas y los líderes que las representen deben comunicar más y mejor. De forma continua y responsable. Sabiendo que son escuchados y esperados, pero además evaluados: sus palabras y comportamientos afectarán a sus ventas tanto o más que las grandes inversiones en I+D.

Es curioso también observar que en la mayoría de los países no hay gran satisfacción con cómo han comunicado en la pandemia. En tiempos de zozobra no vale echarse atrás, es momento de dar la cara y decir y hacer más. Creer que vendrán tiempos mejores es razonable, pero es ingenuo pensar que estaremos en el mismo punto que estuvimos si durante la tempestad no nos comportamos como valientes capitanes que es dónde la sociedad nos exige que estemos.

El compromiso de un empresario, el compromiso de un director general va mucho más allá de sus antiguos cometidos de maximizar el beneficio, de la cuenta de explotación del corto plazo. Supone un ejercicio de valores y de comunicación para la compañía y para las personas que la representan.

Hacer y contar, qué nos mueve, qué buscamos y la razón que nos lleva a trabajar con ahínco, a contratar personas, a sumar intereses a los nuestros y a pretender perdurar el tiempo. ¿Alguien cree que eso no interesa? ¿Alguien cree que estas no son prioridades? Entonces que no sea empresario, que no sea un alto directivo, ya no vale.

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